Los cambios de hábitos asociados al verano, en especial al periodo vacacional, pueden provocar un mayor riesgo de sufrir caries y erosión dental.

El mayor consumo de bebidas azucaradas, el cambio de alimentación y el descuido del cepillado son las principales causas.

Otro riesgo para la salud dental es permanecer muchas horas en contacto con el cloro de las piscinas, que erosiona el esmalte dental.

“El verano es la estación más propicia para descuidar la salud de los dientes por el cambio en la alimentación, el aumento del consumo de bebidas azucaradas y helados.

Y es que la llegada del verano suele conllevar un cambio en la dieta, con un mayor consumo de carbohidratos, dulces y bebidas azucaradas.

Un estudio reciente relaciona la alta ingesta de hidratos de carbono con un mayor riesgo de caries en los niños.

Los resultados revelaron que el desequilibrio en la nutrición está asociado a un mayor consumo de azúcar simple y al riesgo de caries dental.

Otro estudio de la Universidad de Valencia publicado en marzo en la revista European Journal of Paediatric Dentistry establece una correlación entre un consumo frecuente de bebidas azucaradas y el aumento de lesiones de caries tempranas.

La caries es la enfermedad bucodental más común entre los españoles. Entre un 92 y un 94 por ciento de la población adulta la padece, según datos de la última Encuesta de Salud Oral en España del Consejo de Dentistas.

En el caso de los niños, afecta a un 36% de los menores de 5 y 6 años; a un 45% de los de 12 años; y a más de la mitad (54%) de los adolescentes de 15 años.

Para evitar el riesgo de caries se recomienda cepillar los dientes después de cada comida, usar enjuagues fluorados y seda dental.

“Debemos acostumbrarnos a llevar el cepillo siempre con nosotros. En verano, es tan importante como el uso de un protector solar. Pero en el caso de que olvidemos el cepillo en casa y no podamos resistir la tentación de comer algún dulce a deshoras, al menos es conveniente enjuagar muy bien la boca para disminuir la creación de placa bacteriana y los riesgos para nuestros dientes.”

Las caries aparecen por un ataque de los ácidos a los dientes. Suelen aparecer en el esmalte, pero se pueden extender a la capa interior de la pieza dental.

Los refrescos también acaban dañando el esmalte dental, según diversos estudios, aunque es la exposición prolongada al cloro de las piscinas lo que más erosión causa.

Existen muchos mitos asociados al cloro de las piscinas. Hay quienes creen que favorece el blanqueamiento dental pero lo que hace en realidad es erosionar el esmalte, sobre todo si los dientes pasan muchas horas en contacto con él.

Una investigación publicada en Journal of Dentistry for Children indicaba que un 28% de los niños padece erosión dental. 

Entre quienes nadaban de manera profesional en piscinas la erosión llegaba al 60%. El consumo de bebidas carbonatadas era el segundo motivo de erosión dental: un 40% de ellos. Le seguía el de zumo de naranja, con un 32% de afectados.

Entre los factores que aumentan el riesgo de erosión dental causada por el cloro de las piscinas, destacan el tiempo que lleva cada individuo practicando natación, la duración y frecuencia de los entrenamientos,  la calidad del agua de la piscina y el tipo de sustancia utilizada para clorar.

Se ha observado que un 3% de no nadadores presenta erosiones, frente a un 12% de nadadores y un 39% de quienes pertenecen a un equipo de competición.